UWA: LA CUEVA DE LOS INDEPENDIENTES
Traición
Es cuando el empresario Francisco Flores, preocupado por la posible pérdida de su inversión en la EMLL y a pesar de ser un alto funcionario de la empresa coliseina, se une con René Guajardo para crear una nueva empresa que, hasta ese momento, rompía con lo ya establecido por el imperio de la familia Lutteroth. En septiembre de 1974, tomando las inconformidades de los luchadores por los malos tratos recibidos en la EMLL, y con una ambición de sobresalir en el ámbito independiente, nace la UWA en la arena Afición de Pachuca, Hidalgo.
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La cueva de los independientes
El 29 de enero de 1975, la UWA se muda a la Ciudad de México, tomando asilo en el “Palacio de los Deportes”, local con capacidad para 21 mil personas. Ahora el problema era poder llenar ese coloso. Pero Flores lo logró, haciendo una lucha que en aquel entonces era la más solicitada en la EMLL, Aníbal (campeón) en contra de René Guajardo (retador), por el campeonato mundial de peso medio de la NWA. Y es así como la UWA comenzó a escribir historia en la historia del pancracio mexicano.
El domo de acero
Durante el año de 1976, Flores buscó encontrar un local estable para que su elenco no se viera frenado por los Lutteroth. Es así como logró entablar conversaciones con diversos empresarios llegando al “Toreo de 4 caminos”. Para el 23 de octubre de 1977, la UWA se mudó al coloso de Ecatepec, EDOMEX. Teniendo como lucha estelar de la función inaugural un duelo sobrio, pero atractivo; lucha por el campeonato de peso semicompleto, Solitario (campeón) versus René Guajardo (retador).
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El colapso
Grandes luchadores pisaron el ring del “Toreo de 4 caminos” como lo fueron: Canek, Solitario, The Killer, Gigante Warrior, Los Villanos, Los Brazos, el Signo, André el Gigante, Blue Blazer, entre otros. Pero Francisco Flores cometió un gran error, hacer repetitivos los encuentros sin buscar nuevos personajes. Esto derivó que, en 1996, con AAA siendo la nueva empresa que refrescó el arte del gotch en México, la UWA cerrará sus puertas. Quedando así en el olvido, pero manteniendo su legado con los campeonatos de aquella empresa aún vigentes y en la memoria de los aficionados.
Sin duda, la UWA dejó una historia imborrable; duelos encarnizados, caída de máscaras legendarias, los mejores luchadores extranjeros pisando territorio mexicano, pero sobre todo, el amor a la "lucha libre verdad" en la memoria y corazones de una generación que hasta el sol de hoy, implora por ver tan siquiera un duelo similar a aquellos. Nos vemos el próximo sábado.
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